Volvieron las adorables rusitas de t.A.T.u., y lo hicieron con otra de sus lecciones sobre cómo hacer pop. Muchas cosas pasaron en estos últimos dos años. Primero eran novias, después resulta que no, que era toda una tramoya de su manager. Después estuvieron en titulares de tabloides por escándalos varios y parece que sí eran novias después de todo, o tal vez no. Pero nada de esto importa, porque lo que importa es que sus personajes, aquellos que interpretan y con los cuales dan su imagen, sí lo son. t.A.T.u. es un grupo de dos chicas que hacen que se aman y se cantan canciones de amor; que lo sean o no en la vida real carece de importancia. Pero sí la tiene tanto en sus canciones como en sus videos. Las chicas estas, por obviedad, siempre me recordaron a otras dos chicas que se amaban, las adorables adolescentes de la genial Fucking Amäl de Lukas Moodysson. Si aquella película fuera un musical, sin duda no estarían demás las canciones de t.A.T.u. Y de hecho, el video de la canción en cuestión, primer corte de su segundo álbum Dangerous and Moving, bien podría haberlo dirigido Moodysson.
El video dirigido por James Cox (el de Wonderland, aunque esto sí es bueno y Wonderland no), censurado en varias partes del mundo, comienza con Yulya y Lena en un bar terminando su relación. Luego Yulya se va con un tipo que se la lleva a su casa. Cuando están a punto de tener sexo ella se arrepiente y la llama a Lena y le pide que la vaya a buscar. Mientras le está hablando el tipo la empieza a moler a golpes, Lena lo escucha por el teléfono y acelera el auto para ir a rescatarla. Corte a Yulya y el tipo. Yulya encuentra un arma y le vuela los sesos. El disparo interrumpe la canción que luego se reanuda cuando ella sale del edificio y Lena está llegando con el auto. Se miran y el video termina. Esa mirada, que dura sólo un par de segundos, alcanza para demostrar lo mucho que se aman aquellos dos personajes.
Pero la canción en sí lo demuestra todo el tiempo. Producida por Trevor Horn, All About Us es descaradamente teatral, con arreglos orquestales, una instrumentación que es tan rockera como poppera y una melodía instantáneamente ganadora. Sí, se parece bastante a All the Things She Said, pero la trasciende en dramatismo. Cuando Yulya canta “If they hurt you they hurt me too” realmente lo sentimos, sentimos ese amor desesperado y adolescente que se tienen (en la ficción de la canción, que como dije, es lo que importa). Por más mentira que sea, las t.A.T.u. son creíbles. Entre tanto poser que hay en la música actual, ellas resultan verdaderas.
t.A.T.u. es buen pop. Ya es hora de dejar de pensar la música en términos de si quienes lo interpretan lo compusieron o tocaron los instrumentos. Una buena canción es una buena canción, no importa quien la haya escrito. Y All About Us y otras canciones de Danngerous and Moving son buenas canciones pop, bien construidas, con buenas melodías, bien grabadas y bien cantadas. Eso es lo que debería importar. O sino leer la manera en que Roger Holland inicia su crítica favorable de Dangerous... en el sitio Pop Matters: “If you don't like t.A.T.u, you don't like pop music. Simple as that.”
Los que también volvieron, pero luego de mucho más tiempo y con peores resultados pero con una gran excepción, son los Backstreet Boys. Este grupo nunca fue bueno. Nunca tuvieron nada de inventiva, siempre fueron lo más straightforward posible y muy impersonales; la contracara absoluta de Nsync. Pero alguna que otra vez hacían buenas canciones. Es casi innegable que I Want it That Way es una canción casi perfecta, que The Call es el mejor plagio jamás hecho al Michael Jackson circa Bad, que Shape of My Heart tiene un buen hook. Pero, contrario a Nsync, no tienen buenos discos. Algún que otro buen single sí, pero sus discos están todos repletos de filler con sólo una o dos canciones rescatables (el mejor en este sentido sería Black & Blue, que tiene 3 (tres) buenas canciones: The Call, Shape... y Get Another Boyfriend).
Este año, luego de supuestamente haberse separado y de Nick Carter haber editado un disco pedorro, sacaron Never Gone, que sería el peor disco del año (aburrido, lleno de canciones malas, sin evolución alguna, sin personalidad, sin correr ningún riesgo) de no ser por una canción llamada Just Want You To Know. Claro que en el contexto de la mediocridad del disco a uno tal vez se le pase por alto (a mi me pasó, recién me di cuenta de que era una gran canción cuando enganché su excelente video en alguno de los canales de música), pero JWYTN es algo grande. Y acompañada por su video, más todavía.
El video es una obra maestra de la comedia. Está filmado en lo que parece ser VHS, transcurre en 1985 y tiene de protagonistas a un grupo de pelmazos metaleros con peinados típicos de pelmazos metaleros ochentosos yendo a ver una banda que es una mezcla entre todas las bandas metaleras de la época. Nick Carter está genial haciendo de un pseudo-Brett Michaels (el vocalista de Poison) y el resto de la banda, con atuendos y peinados ridículos, están todos desopilantes. El video es perfecto y la canción por ahí anda. Power pop del bueno, bien pegadiza, con buena melodía y unas guitarritas distorsionadas que suenan muy bien. Es la única canción de Never Gone que sugiere algún tipo de evolución en el grupo, además de ser la unica canción de aquel disco que no da vergüenza ajena.
El video dirigido por James Cox (el de Wonderland, aunque esto sí es bueno y Wonderland no), censurado en varias partes del mundo, comienza con Yulya y Lena en un bar terminando su relación. Luego Yulya se va con un tipo que se la lleva a su casa. Cuando están a punto de tener sexo ella se arrepiente y la llama a Lena y le pide que la vaya a buscar. Mientras le está hablando el tipo la empieza a moler a golpes, Lena lo escucha por el teléfono y acelera el auto para ir a rescatarla. Corte a Yulya y el tipo. Yulya encuentra un arma y le vuela los sesos. El disparo interrumpe la canción que luego se reanuda cuando ella sale del edificio y Lena está llegando con el auto. Se miran y el video termina. Esa mirada, que dura sólo un par de segundos, alcanza para demostrar lo mucho que se aman aquellos dos personajes.
Pero la canción en sí lo demuestra todo el tiempo. Producida por Trevor Horn, All About Us es descaradamente teatral, con arreglos orquestales, una instrumentación que es tan rockera como poppera y una melodía instantáneamente ganadora. Sí, se parece bastante a All the Things She Said, pero la trasciende en dramatismo. Cuando Yulya canta “If they hurt you they hurt me too” realmente lo sentimos, sentimos ese amor desesperado y adolescente que se tienen (en la ficción de la canción, que como dije, es lo que importa). Por más mentira que sea, las t.A.T.u. son creíbles. Entre tanto poser que hay en la música actual, ellas resultan verdaderas.
t.A.T.u. es buen pop. Ya es hora de dejar de pensar la música en términos de si quienes lo interpretan lo compusieron o tocaron los instrumentos. Una buena canción es una buena canción, no importa quien la haya escrito. Y All About Us y otras canciones de Danngerous and Moving son buenas canciones pop, bien construidas, con buenas melodías, bien grabadas y bien cantadas. Eso es lo que debería importar. O sino leer la manera en que Roger Holland inicia su crítica favorable de Dangerous... en el sitio Pop Matters: “If you don't like t.A.T.u, you don't like pop music. Simple as that.”
Los que también volvieron, pero luego de mucho más tiempo y con peores resultados pero con una gran excepción, son los Backstreet Boys. Este grupo nunca fue bueno. Nunca tuvieron nada de inventiva, siempre fueron lo más straightforward posible y muy impersonales; la contracara absoluta de Nsync. Pero alguna que otra vez hacían buenas canciones. Es casi innegable que I Want it That Way es una canción casi perfecta, que The Call es el mejor plagio jamás hecho al Michael Jackson circa Bad, que Shape of My Heart tiene un buen hook. Pero, contrario a Nsync, no tienen buenos discos. Algún que otro buen single sí, pero sus discos están todos repletos de filler con sólo una o dos canciones rescatables (el mejor en este sentido sería Black & Blue, que tiene 3 (tres) buenas canciones: The Call, Shape... y Get Another Boyfriend).
Este año, luego de supuestamente haberse separado y de Nick Carter haber editado un disco pedorro, sacaron Never Gone, que sería el peor disco del año (aburrido, lleno de canciones malas, sin evolución alguna, sin personalidad, sin correr ningún riesgo) de no ser por una canción llamada Just Want You To Know. Claro que en el contexto de la mediocridad del disco a uno tal vez se le pase por alto (a mi me pasó, recién me di cuenta de que era una gran canción cuando enganché su excelente video en alguno de los canales de música), pero JWYTN es algo grande. Y acompañada por su video, más todavía.
El video es una obra maestra de la comedia. Está filmado en lo que parece ser VHS, transcurre en 1985 y tiene de protagonistas a un grupo de pelmazos metaleros con peinados típicos de pelmazos metaleros ochentosos yendo a ver una banda que es una mezcla entre todas las bandas metaleras de la época. Nick Carter está genial haciendo de un pseudo-Brett Michaels (el vocalista de Poison) y el resto de la banda, con atuendos y peinados ridículos, están todos desopilantes. El video es perfecto y la canción por ahí anda. Power pop del bueno, bien pegadiza, con buena melodía y unas guitarritas distorsionadas que suenan muy bien. Es la única canción de Never Gone que sugiere algún tipo de evolución en el grupo, además de ser la unica canción de aquel disco que no da vergüenza ajena.
1 comment:
Graciasssssssss estube buscando esta cancion por añoss y al final la encontre!!!
sos un genio/a
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